miércoles, 21 de julio de 2010

FIB


Empecé a ir a Benicassim en cuanto pude, al cumplir los 18, y estuve yendo verano tras verano durante 5 ediciones, en la primera edición gané la entrada en un concurso de Cartoon Network, luego fui acreditada varios años por escribir crónicas en una web, el último pagué como todo hijo de vecino. Desde entonces no había vuelto y la verdad es que los últimos veranos ya tenía morriña. A pesar de haber jurado que no volvería porque desde esa primera edición, en la que el jueves los conciertos todavía eran en el velódromo, a la última las cosas habían cambiado mucho, este año rompí la promesa.

El festival ha cambiado muchísimo más aunque yo también. En mis primeras ediciones antes de ir ya tenía impresos los horarios y marcados de fosforito los conciertos que no quería perderme, llevaba la mochila a tope de modelitos ultra pensados, un neceser que ni el de la señorita Pepis y todo tipo de complementos. A las cinco ya estaba dentro del recinto para no perderme ningún concierto a pesar de la temperatura infernal y las carreras (ojo que antes hasta se podía correr por el recinto) entre escenarios eran normales... así acababa, más muerta que viva.

En esas ediciones encontrarte un extranjero era gracioso, no era lo habitual y aunque luego fueron apareciendo más y más seguían destacando los españoles indies hasta la médula con sus camisetas de rayas y sus adidas, que luego dieron pie a pijillos fiesteros y reinas de la noche. En el camping eran habituales los grupos de tocabongos y guitarristas a los que matarías sin pensarlo mucho y todo el perímetro que rodeaba el festival era directamente el infierno, con vendedores de salchichas, raveros, yonkis vende cervezas, vendedores de camisetas ilegales... de todo eso algo queda, pero no tantísimo como antes. En su lugar ahora encontrar a un español es como encontrar a wally, hasta muchos camareros y dependientes del stand del merch oficial eran ingleses. Ya no hay mercadillo con vinilos, ni puestos de ropa de segunda mano, han puesto atracciones de feria y mil puestos de comida, entre los que hay de fish & chips claro...

No digo que todos esos cambios me parezcan bien ni mal, solo es diferente, aunque se me hace muy raro y poco agradable tener que lidiar con vasos de cerveza voladores, ingleses sin camiseta, el ver casi más camellos que españoles y que encima te cobren los horarios a 10 euros! Lo bueno es que ahora ya lo que lleves puesto da bastante igual porque no te va a mirar nadie, a no ser que lleves unas mallas fosforitas, cuernos luminosos en la cabeza, una espada de xena la princesa guerrera de neón y si me apuras unos esquís.

A pesar de todo y gracias a que yo también he cambiado me lo he pasado (casi) como nunca.

xxx
T.

1 comentario:

Alpha Female dijo...

Genial entrada!! te doy un 10!!
me he reído yo sola aquí en fuerte que no veas... jajaja... con lo de los modelitos ultra pensados en la maleta (todavía recuerdo nuestra noche aquella con mi vestido blanco y naranja en el "backstage" con los lori, en la que antes de salir nos intentamos poner las horquillas como unas treinta veces hasta que quedaran justo en el sitio...), lo del exterior del recinto con los yonkis vende-cervezas, auténtico!! se te ha olvidado comentar las raves esas en medio del monte que se montaban y lo de tener que dormir fuera de la tienda porque dentro directamente te morías evaporado. El caso es q lo q más mola es q ya no nos importe una mierda las pintas y q por fin seamos libres en ese aspecto.
a ver si nos vemos pronto!!
besicos